bleeding out.

"Traigo una rosa en sangre entre las manos
ensangrentadas. Porque es que no hay más
que sangre."
Crecida, Blas de Otero.







El vacío no es más que una sensación a la cual te puedes dejar caer sólo si donde te encuentras ya está completo. Completo de dolor, completo de tonalidades de grises, rebosante de desesperación, de gritos sordos y vacíos que acaparan todo el aire...
Cuando la soledad se ha apoderado de tus pulmones, cuando el último soplo de vida que te quedaba se ha congelado en medio de un suspiro, cuando te disecas lentamente, como una rosa enroscada por el tallo (quién sabe si distraidamente) en el mástil de la proa de un barco errante.

Te necesito cuando río, cuando duermo, cuando reflexiono, cuando desespero, cuando me quemo desde la punta de mis dedos hasta que me consumo en la cuneta de un camino cubierto de sangre. Te necesito cuando mis heridas relucen bajo la luna llena, cuando el cielo amenaza lluvia, cuando bajo mi cama solo se oyen los suspiros de mi alma que ha caido al suelo, inerte, triste, moribunda.
Me doy cuenta de que te has ido cuando mis escritos ya no son tinta si no sólo agua de Mayo, me doy cuenta de que te vas a ir cuando el reloj estalla en miles de horas interminables, me doy cuenta de que te irás cuando me palpo el pecho y me atravieso el cuerpo.

Me he convertido en un fantasma sin lugar, en un túnel sin final, en una canción tocada por un guitarrista cuyas uñas empiezan a sangrar, a medida de que van rasgando unas cuerdas de lija, en una sombra arañada por un sentimiento semi podrido, en una especie de risa comedida, en un eco atrapado en un vaso de cristal.

Me he transformado en aquello de lo que huyen los asesinos, en un retrato vacío, en un espejo roto en mil pedazos, en un árbol cuya savia se transforma en vinagre que alimenta mis heridas.

Me he atrevido a pensar que puedo sentir las gotas de lluvia sobre las palmas de mis manos, que si pego mi oreja a la via de un tren podré escuchar un cercanías, que si me dejo morir podré ganar a la paz y a la agonía....

Pero esto se convierte en una marea, me he caído del barco, no puedo nadar, la sangre es demasiado espesa...



Me hundo, en lo que puede ser el mar más triste de la Tierra.